Se trata de los restos de la fundición de plomo de San Andrés, del siglo XIX. Obra de ingeniería que mide 45 metros de altura, considerada como la imagen "emblemática" de la ciudad.
Representa todo un símbolo para Adra, siendo frecuentemente su reproducción en logotipos, carteles, etc., alusivos a la ciudad. En ella se elaboraban perdigones obtenidos del enfriamiento del plomo derretido que se dejaba caer desde su parte más alta.
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